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valerialeon

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Cuando Fiona** tenía diez años le preguntaba a su mamá para qué servían las toallas femeninas, como respuesta era ignorada. Cuando se percató que este cuestionamiento incomodaba a su madre lo hacía más seguido, nunca recibió ningún tipo de explicación acerca de la regla básica de educación sexual para cualquier mujer: ¿qué debo saber sobre mi periodo? ¿Cómo funciona? A pesar de ser la más chica de tres hermanas, el conservadurismo de su casa nunca cedió a ningún tipo de apertura sexual para comentar el tema. Ellas tuvieron que averiguarlo solas. Cuando Fiona tenía 21 años fue al ginecólogo acompañada por su madre. Cuando ingresó al consultorio el doctor le preguntó si se sentía cómoda con que su madre entrara, ella no tuvo objeción y ambas ingresaron al cuarto de consulta. Como parte del protocolo médico, el doctor le preguntó a Fiona si tenía relaciones sexuales y ella tranquilamente contestó…

Las experiencias que he escuchado de amigas que han abortado son liberadoras. Es cada vez más común compartir este tipo de vivencias y hablar abiertamente del tema, porque el estigma del aborto en México poco a poco comienza a sacudirse la satanización que culturalmente se le ha construido. La idea de una mujer que ha decidido voluntariamente interrumpir su embarazo está endemoniada en México. Por ello, durante años las mujeres se han callado sus historias por miedo a sentirse relegadas y juzgadas por una sociedad que no entiende que el aborto les ha salvado de una vida que las condena por siempre a hacer algo que no desean hacer. Hoy las mujeres se empoderan al no tener que obligarse a truncar su vida por tener un hijo que no quieren tener y hablan de ello. “Imagínate, ahorita tendría un hijo de 11 años de un hombre a quien repudio”, me…

Es una queja constante de los extranjeros que llegan a vivir al país y conviven con mexicanos: “No saben decir que no”.  Lo han vivido tantas veces que ya lo consideran una costumbre en México: “Te van a decir que sí pero nunca lo van a hacer”. Un español a quien llamaré Íñigo, y que llegó a vivir a México por segunda vez -la primera fue en 2015- dice que el hábito de no saber decir que no es una actitud que denota la “doble de moral” de esta sociedad. “Desde que llegué a México me han dicho que soy un grosero, simplemente porque sé decir las cosas directamente y no me ando con rodeos”, me relata el originario de Bilbao. Aunque Íñigo es un hombre decente la forma como se expresa es a menudo recibida como un acto ofensivo, simplemente porque no está acostumbrado a decir “por favor” o…

Los temblores suelen ser el barómetro para saber a quién le importas y a quién no. En una situación de emergencia esto no se pueda ocultar. Tenía un amigo que definía la relación que mantenía con su exesposa a partir de las llamadas que recibía cada vez que temblaba. Era la única comunicación que después de años de divorciarse seguía teniendo con su ex. “Solo nos llamamos cuando tiembla”, me decía sin mostrar emoción. Un sismo de fuerte magnitud es revelador. Porque no es una fecha esperada, como tu cumpleaños por ejemplo, en la que estás a la expectativa de quién te llamará y quién no, y el vacío que puede dejar un mensaje de felicitación no recibido. Un temblor irrumpe, es impredecible y la gente que se comunica contigo para saber cómo estás no lo pensó dos veces, actúa en una situación de emergencia y de genuina preocupación. AOL…

Hace dos años decidí dejar de beber alcohol y nunca me imaginé que lo más difícil sería lidiar con la cantidad de explicaciones que la gente pide cuando rechazas una copa de vino o un coctel: “No bebo alcohol, gracias”. La primera cita que tuve cuando decidí dejar de beber fue un miércoles. El chico en cuestión me invitó al bar Baltra en la Condesa, cuando llegamos el mesero nos dio la carta y él me preguntó: “¿Qué vas a tomar?” “Una limonada”, respondí. “¿Cómo?, ¿no vas a tomar alcohol?”, exclamó entre preocupado y sorprendido. “No bebo, gracias”. Él no podía creerlo, parecía como si toda la idea de una cita conmigo se hubiera venido abajo. Se quedó literalmente sin palabras y muy confundido. “Entonces yo no voy a tomar”, externó nervioso. “Tú puedes hacer lo que quieras”, respondí augurando la tensión que su postura desataría. Como este tipo, me…

Desde la intimidad de sus recámaras las mujeres se miraban al espejo para empolvarse en maquillaje, decorar sus ojos y arreglar su peinado. Eran los años cincuenta y estos espacios se conocían como “boudoir”, palabra francesa cuya traducción al español es “tocador”. Este término regresa para bautizar las fotografías que reflejan un acto íntimo de la mujer, con imágenes sensuales que muestran su aspecto más atractivo. La fotografía boudoir tiene sus antecedentes en las imágenes sexualizadas de mujeres que fueron conocidas en 1840, y posteriormente en la fotografía con tintes eróticos que se popularizó en el siglo veinte a partir de las postales francesas que mostraban imágenes de mujeres desnudas o con poca ropa. De la intimidad al retrato Hace treinta años que la palabra boudoir comenzó a utilizarse para definir un género fotográfico, y aunque puede tener muchos estilos y sugerir imágenes diferentes, algunos especialistas del género lo definen…

No era el plan. Pero en mi cumpleaños número 29 terminé participando en una ceremonia ritual dentro de un temazcal en Teotihuacán. El chamán me explicó que el temazcal tenía como objetivo regresar al vientre materno y arreglar las situaciones que se encontraban fuera de balance. Dato que me pareció curioso en el día de mi onomástico. Regresé entonces al vientre materno. Vestíamos unas túnicas blancas que en realidad eran retazos de tela de algodón, el chamán solo usaba un taparrabos. Cantamos y sudamos durante casi una hora. Y cuando salimos de esta ceremonia el ambiente natural decorado con plantas y árboles parecía el paraíso. Mis cinco sentidos se intensificaron, podía escuchar el trinar de decenas de parvadas escondidas entre las ramas de los árboles. Experimenté la tranquilidad que conlleva la espiritualidad contenida en un respiro. Lo que experimenté es parte de una tendencia, los individuos se distancian cada vez…

La apertura sexual que iluminó los años sesenta comienza a apagarse con la abstinencia sexual secundaria como el síndrome del celibato, una tendencia creciente del siglo XXI. La abstinencia sexual comprende tanto la primaria, que es el retraso de la edad de iniciación sexual; como la secundaria, entendida como la suspensión de la actividad sexual una vez iniciada. Un abstemio secundario es una persona sexualmente experimentada que ha elegido dejar de ser sexualmente activo, normalmente por razones religiosas, de salud o para evitar un embarazo, no obstante las razones para dejar de tener relaciones sexuales han cambiado. Sin embargo, l a experiencia de Ali Rachel Pearl como abstemia secundaria fue diferente. La estudiante del Doctorado en Inglés de la Universidad del Sureste de California, dejó de tener sexo hace dos años. Para ella, hay más razones por las que una persona deja de tener relaciones; entre éstas enlista las relaciones…

La industria textil de la moda se favoreció del cannabis durante mucho tiempo, hasta que la prohibición de esta sustancia redujo su utilización y fue sustituida por el algodón, que no cuenta con la calidad que ofrece la planta verde. Las prendas que se hacen con cannabis tienen una mayor durabilidad y el proceso es menos contaminante, además de ser una fibra mucho más suave que el algodón. El valor de esta fibra versátil que crece con facilidad es de 80 dólares por hectárea. El cannabis es uno de los cultivos domesticados más antiguos de la historia y la planta que sale de él, conocida como cáñamo ( hemp en inglés), fue el primer producto agrícola que alcanzó ganancias millonarias. El cáñamo o hemp puede producir cuatro veces más papel que un acre de árboles (4,046 metros cuadrados) y genera hasta 25 mil productos que van desde la dinamita hasta el…

La basura que termina en las coladeras de las ciudades causando inundaciones en época de lluvia es la materia prima de la compañía Basura Cero para construir bancas para parques, entre otros productos útiles. Hace ocho años, el fundador y director, Bernardo Greenham, creó esta empresa que actualmente recibe al mes unas 500 toneladas de basura, a partir de las cuales han armado un catálogo con 200 productos 100 por ciento reciclados y reciclables. Entre los que se encuentra una línea de mobiliario con productos, como el lavadero hecho de miles de tubos de pastas de dientes que tienen en su bodega, o las bancas urbanas que crearon a partir de botellas de PET.  Otra línea está integrada por artículos de oficina como cuadernos, libretas y reglas. Una vez que termina la vida útil de estos productos, Basura Cero los vuelve a transformar. “Nosotros comprendemos el ciclo de la basura…