Desde la intimidad de sus recámaras las mujeres se miraban al espejo para empolvarse en maquillaje, decorar sus ojos y arreglar su peinado. Eran los años cincuenta y estos espacios se conocían como “boudoir“, palabra francesa cuya traducción al español es “tocador”. Este término regresa para bautizar las fotografías que reflejan un acto íntimo de la mujer, con imágenes sensuales que muestran su aspecto más atractivo.

La fotografía boudoir tiene sus antecedentes en las imágenes sexualizadas de mujeres que fueron conocidas en 1840, y posteriormente en la fotografía con tintes eróticos que se popularizó en el siglo veinte a partir de las postales francesas que mostraban imágenes de mujeres desnudas o con poca ropa.

De la intimidad al retrato

Hace treinta años que la palabra boudoir comenzó a utilizarse para definir un género fotográfico, y aunque puede tener muchos estilos y sugerir imágenes diferentes, algunos especialistas del género lo definen como “el arte de fotografiar el cuerpo y la personalidad mostrando el lado más femenino”.

Este tipo de fotografía cargado de erotismo no se restringe a mujeres con cuerpos esculturales o modelos. En los últimos años ha habido una tendencia de mujeres quienes deciden tener una sesión de fotos en las que se refleje su lado más sexy por diferentes razones y contextos.

Por ejemplo, Kelly, de 26 años, decidió posar con poca ropa después de terminar con su novio, y lo hizo “para celebrar la soltería“. O también está el caso de Brianna Brennan de 23 años, quien después de perder una gran cantidad de kilos hizo una sesión de foto boudoir, lo que materializó su logro y la dotó de mayor confianza en sí misma.

Mientras que Jéssica L. de 30 años utilizó este recurso para sanarse de lo que fue una relación basada en violencia doméstica.

Retratar el lado más íntimo de una persona requiere de sensibilidad, es por ello que este tipo de fotografía se considera un arte fino, así lo describe la fotógrafa Jennifer Tallerico, quien asegura que la mejor parte de dedicarse a esto es la libertad creativa que te brinda como artista.

Tinas y espejos son los objetos más populares para jugar con las caras de la desnudez femenina.

“Conoce su estilo, conoce tus encuadres”, recomienda esta artista visual para alcanzar el éxito como fotógrafo boudoir.

Los gustos y géneros son diversos en este arte, en el Reino Unido las categorías van desde desnudos sensuales y provocativos hasta distintos grados de desnudos explícitos.

Visualmente el tipo boudoir se caracteriza por cortas distancias focales y mucha iluminación para resaltar la piel lo que da un toque de intimidad al retrato. En general, juega mucho con las luces y los elementos en la fotografía, ya que si bien la persona puede estar desnuda completamente en la imagen se cubren las partes íntimas, o la mayor parte de ellas. Así que una foto puede lucir el cuerpo desnudo de una mujer frente a una ventana pero las sombras de la misma pueden cubrir parte de él.

Desde la tina

Las redes sociales han sido un factor clave en el posicionamiento y difusión de este retrato íntimo, lo que permite que muchas mujeres experimenten con autorretratos su lado más sexy. Tinas y espejos son los objetos más populares para jugar con las caras de la desnudez femenina.

Imágenes en blanco y negro que muestran torsos femeninos desnudos, en la cama, frente a una ventana o junto a una bicicleta, mujeres con gafas, haciendo yoga, tomando una malteada o pintando sus uñas, son algunas de las publicaciones que la cuenta Boudoir.Photography en Instagram que pública desde julio de 2014.

Existe una popular tendencia en aumento de convertir una sesión de fotos en un regalo matrimonial. Incluso muchos fotógrafos de boda ofrecen el servicio aparte, lo que ha hecho que tengan mayor especialización en el campo del desnudo. Este servicio está disponible en el estudio Boudoir Café.

La fundadora del primer estudio de fotografía boudoir en Nueva York, la fotógrafa Jen Rozenbaum ofrece cursos que denominó los “Boudoir Bootcamps“, en los que enseña a los interesados a explotar el lado más sensual de sus clientes.

Las formas y variaciones son tantas como estilos personales e intenciones se puedan reflejar en una sesión de fotos, que emana desde la sensualidad para la posteridad.

* Este contenido fue originalmente publicado en HuffPost México.

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