La basura que termina en las coladeras de las ciudades causando inundaciones en época de lluvia es la materia prima de la compañía Basura Cero para construir bancas para parques, entre otros productos útiles.

Hace ocho años, el fundador y director, Bernardo Greenham, creó esta empresa que actualmente recibe al mes unas 500 toneladas de basura, a partir de las cuales han armado un catálogo con 200 productos 100 por ciento reciclados y reciclables. Entre los que se encuentra una línea de mobiliario con productos, como el lavadero hecho de miles de tubos de pastas de dientes que tienen en su bodega, o las bancas urbanas que crearon a partir de botellas de PET.  Otra línea está integrada por artículos de oficina como cuadernos, libretas y reglas.

Una vez que termina la vida útil de estos productos, Basura Cero los vuelve a transformar.

“Nosotros comprendemos el ciclo de la basura como un ciclo de vida roto. En la naturaleza no encontramos desperdicio y nuestra forma de vida nuestros hábitos de consumo nos han llevado a generar desperdicio cuando antes no existía”, detalla Greenham.

Basura Cero recibe desechos de todos los estados de la república vía mensajería privada, además de la basura que se junta en los centros de acopio que tienen instalados en la Ciudad de México. También cuenta con un programa con restaurantes para recoger la basura que generan estos establecimientos para transformarla en productos útiles de consumo.

Los procesos de reciclaje que utilizan son tradicionales. Desde las oficinas en el centro de la Ciudad se hacen pruebas con desechos para convertirlos en material de construcción. El encargado de hacerlo es el diseñador industrial, Gustavo Madrid, quien desde hace una década se dedica a crear mobiliario urbano para mejorar la sostenibilidad del espacio público.

Gracias a la resistencia que los materiales reciclados brindan, Gustavo los prefiere por encima de los materiales tradicionales, aunque no niega los inconvenientes que puedan tener.

“El material reciclado tiene la ventaja de que su propio origen te permite que sea muy resistente y que sea maleable, y esto te permite hacer cosas que con un material tradicional no podrías hacerlo”, comenta Madrid en entrevista. “Es divertido hacer las cosas de una manera diferente, decirle a un municipio o al gobierno de una ciudad: tú me das tu basura y yo te la regreso en bancas o botes de basura”.

Aunque en un proceso de construcción es imposible reducir a cero el impacto ecológico, sí hay forma de disminuir este impacto; por ejemplo, utilizar plasti-madera en lugar de metal, explica.

La reutilización de desechos en México se encuentra en una fase de experimentación, y como todo proceso de innovación el costo es alto y el procedimiento no es sencillo. Diariamente en el país se reutiliza menos del 10 por ciento de la basura; sin embargo, compañías como Basura Cero están cambiando esta realidad al ofrecer opciones alternas al uso de la basura.

 

 

Publicado en Think Tank New Media. 

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