Las tres horas de traslado que invertía a diario Ariatna Sánchez desde su casa en Xochimilco hasta la Escuela Nacional de Artes Plásticas (ENAP) fueron la inspiración para crear la obra Trayecto Afectivo, que se centra precisamente en los sentimientos que generan los largos traslados en las personas.

Para Ariatna fue una sorpresa descubrir que tenía compañeros que perdían el doble de tiempo que ella en sus trayectos. Influenciada por su cotidianeidad, esta joven artista comenzó a entender lo que sucedía al representarlo en su obra.

Empezó por investigar qué era lo que detonan estas situaciones diarias, cuáles eran los sentimientos que prevalecían en las personas que pasaban demasiado tiempo en el transporte. La emoción sobresaliente era la frustración por perder tanto tiempo y ver reducida su productividad y actividades. “Para mí también era agotador”, revela Ariatna, y a través de la observación encontró su propio malestar en los demás.

 

La obra
Ariatna partió desde la generalidad, desde la ciudad misma y cómo es es vivir en ella, hasta llegar a las relaciones interpersonales expresadas mediante emociones, creando un ideograma para cada emoción. Asignó íconos a 30 sentimientos para formar un código que a su vez conforma un lenguaje consignado en un glosario.

La ira, por ejemplo, está representada por muchas líneas contiguas encimadas, mientras que la insatisfacción la expresa por medio de óvalos enlazados. Una vez trazados los íconos, los convirtió en esculturas de color blanco y negro.

En la actualidad, desde la tranquilidad de su pequeño estudio en el Centro Histórico de la Ciudad de México, Ariatna habla con paciencia y relata lo afortunada que se siente de vivir a tan sólo 15 minutos de su lugar de trabajo. “Estoy luchando por permanecer como ahora, me muevo en bicicleta y cuando tengo que ir a lugares más lejanos no invierto más de 50 minutos en el traslado”, comenta la joven de 24 años con una sonrisa en la cara que expresa plenitud.

La ubicación de su estudio es privilegiada para un artista, ya que en la misma calle Regina, donde está, cuenta con locales de papelería y otros materiales que le permite tener todos los insumos necesarios para que sus obras sean de fácil alcance.

Pero esto no siempre fue así; durante su infancia la artista plástica vivía en Ecatepec y debía recorrer largar distancias para visitar a otros miembros de la familia y amigos. “De menor no es tan evidente el trayecto porque te llevan”, explica.

 

Artes plásticas
A los 15 años, Ariatna y su familia y ella se mudaron a la Ciudad de México, donde estudió técnica de foto y de diseño digital, lo que se convertiría en la base de su carrera en artes plásticas. “Sin planearlo, los estudios previos a la carrera de artes plásticas fueron una gran herramienta en la carrera, me daba seguridad para proponer”, recordó.

A pesar de permanecer casi la mitad de su vida en la capital, gracias a sus raíces mexiquenses Ariatna pudo solicitar la beca que brinda el Programa de Estímulo a la Creación y Desarrollo Artístico del Estado de México, que apoya a artistas durante un año para que terminen el proyecto que hayan presentado.

Ahora, en su estudio, Ariatna planea sus nuevas creaciones junto con dos de sus compañeros con quienes comparte el espacio y que también estudiaron en la ENAP. Ellos no son los únicos en el cuarto piso de este estacionamiento convertido en edificio de artistas en la calle Regina: el arquitecto, dueño y creador de este espacio, ofrece una beca que consiste en condonar el pago  de renta a los artistas durante seis meses y al de ese lapso ellos deben decidir si se quedan en el estudio y asumen la renta o lo entregan.

Ariatna y sus dos compañeros comparten el estudio desde hace un año; “Oficina de Arte”, se lee en el marco de la primera entrada del piso.

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