Teresa Chirinos es la primera peinadora que tuvo el pueblo de Juchitán. La señora de 87 años, la más grande de nueve hermanos, abrió el primer estudio de belleza en la casa de sus padres cuando tenía 16 años.

En los años cuarenta cuando las mujeres sólo podían ser secretarias o maestras, Teresa optó por estudiar para ser peinadora. Viajó a Chiapas donde residía su prima Rosalinda y en un año la entrenaron para peinar.

Cuando regresó a Juchitán, acopló la casa con un gran espejo y algunas sillas, compró artículos de belleza para iniciar, aprendió a utilizar los aparatos para rizar cabello de forma permanente, e inauguró el primer salón de belleza que hubo en el pueblo, “Salón de Belleza Teresita”.

“Fui muy feliz trabajando.  Juchitán me conoce, las personas de la tercera edad les cuentan a sus nietas que yo las arreglé el día de su boda. Peiné a varias generaciones”, realta Teresa, quien trabajó hasta los 77 años.

Cuando su deteriorada vista no le permitió continuar peinando le dejó el negocio a sus sobrinas. El “Salón de Belleza Teresita” siguió dando servicio en el mismo sitio: la sala de la casa de sus padres, la cual estaba dividida por telas haciendo la función de puerta.

La madrugada del 8 de septiembre, los intensos movimientos del terremoto cuartearon hasta quebrar las principales columnas de la casa, las tejas se vinieron abajo y la antigua casa se redujo a escombros.

“Los espejos se hicieron añicos, todo se perdió. Se acabó todo. Lo único que mis sobrinas pudieron rescatar fueron las tijeras”, comenta Teresa aún sorprendida.

Una de cada tres casas en este municipio de 75 mil habitantes quedó severamente dañada.

Más de 500 personas duermen en el refugio principal que se instaló al interior del Instituto Tecnológico del Itsmo, ahí los niños se dedican a correr y a acariciar a los perros de rescate que trae la Marina, mismos que salen una vez al día a rastrear cadáveres bajo los escombros.

Los perros de rescate trabajan en conjunto con el equipo de Búsqueda y Rescate en Estructuras Colapsadas (BREC), conformado por 25 personas e inaugurado en 2015 cuando se cumplieron 30 años del temblor de 1985.

La labor de este grupo se centra en revisar cada una de las propiedades para calificar las condiciones en las que se encuentran.  Visitan una colonia distinta por día y tras un recorrido de inspección en la propiedad corroboran que no haya víctimas en el interior y definen si hay peligro de derrumbe o si se puede habitar.

En los seis días posteriores al terremoto la Marina inspeccionó un total de mil propiedades, de las cuales 200 marcó como inhabitables, de acuerdo con datos proporcionados por el grupo BREC.

El pasado lunes 11 de septiembre, el grupo BREC salió a recorrer el Municipio Santa María Xadani, iniciaron con la inspección del Palacio Municipal, el cual declararon inhabitable.

En la plaza de este Municipio, que no supera los 10 mil habitantes, la gente se acerca a preguntar “¿Cuándo vendrá el Gobernador a brindarnos la ayuda que necesitamos?”

50 MIL PARA RECONSTRUCCIÓN.

Los restos de la antigua casa de la señora Teresa Chirinos yacen en el pavimento de la calle en el centro de Juchitán, una de las áreas más afectadas por el movimiento telúrico que impactó la Ciudad.

Desde la calle Belisario Domínguez, donde se ubica la casa de la Familia Chirinos sólo se observa la pared principal de la cocina, en la que aún permanecen un par de sartenes colgados.

Teresa no tuvo hijos pero dice que tiene 33, que son los hijos de siete de sus hermanos.

A la mayoría les pagó sus estudios en la Ciudad de México, muchos se fueron a vivir a otras ciudades, estados o migraron a Estados Unidos pero las cuatro familias que se quedaron en Juchitán construyeron sus casas alrededor de la de Teresa, la suya era el punto de reunión.

Beatríz Mely García es sobrina y vecina de Teresa. Ella fue la primera en despertar la noche del terremoto, evacuó su casa con su hija en brazos y permaneció en el patio viendo cómo las tejas de la casa de su tía eran lanzadas con fuerza por el aire.

“Esta casa era donde nos reuníamos todos cada tarde, donde celebrábamos los cumpleaños y convivÍamos los fines de semana. Era mucho más que una casa para nosotros”, afirma Beatriz.

El Gobernador del Estado, Alejandro Murat visitó la casa de la señora Teresa dos días después del terremoto, prometiendo una ayuda de hasta 50 mil pesos para el derrumbe total y posterior reconstrucción, misma que sería entregada en dos o tres meses.

“Ella es la dueña de esta casa”, presentaron al Gobernador. Él abraza a la señora Teresa mientras un flash frente a él anuncia la fotografía oficial. (Tengo video del momento)

La familia Chirinos no podía esperar a que llegara la ayuda del Gobierno para la demolición de la casa, debido al riesgo de un colapso total en la estructura de la antigua propiedad.

“Ya no esperamos que el Gobierno la tirara, nos adelantamos y la familia lo pagó. Nosotros lo estamos haciendo con la ayuda de todos, de mis sobrinos, ellos van a solventar”, confirmó Teresa.

La familia pagó más de 20 mil pesos en la contratación de los tractores para la demolición de la casa y los sueldos de los operadores de la maquinaria. Con tres trabajadores y un tractor, recuperaron algunas pertenencias, como los peines que sus sobrinas utilizaban en el salón de belleza.

Al ver que la casa estaba siendo demolida por tractores que no había proporcionado el Gobierno, uno de los colaboradores cercanos al Gobernador se acercó a hablar con el sobrino de Teresa, Vicente Chirinos, quien viajó de la Ciudad de Oaxaca a Juchitán en cuanto se enteró de lo sucedido.

“Nos advirtió que si nosotros demolíamos la casa no habría apoyo del Gobierno porque para dar la ayuda se requerían pruebas”, comentó absorto Vicente, “le contesté que los 50 mil pesos que estaban ofreciendo los podíamos juntar entre mi hermano, y eso no alcanza ni para media reconstrucción”.

“ME SIENTO EGOÍSTA SI LLORO”

 

Los dos postes de cemento de la cancha de basquetbol “El Calvario” quedaron cuarteados en el suelo. En esta área los vecinos que quedaron sin casa instalaron un refugio. Tres días después llegó el DIF de Oaxaca a colocar carpas con el logo de la Institución, a levantar unas 20 casas de campaña y cocineta para los damnificados.

El encargado de Comunicación del DIF, Jesús Ugalde, recibe a la prensa alardeando los esfuerzos del gobierno estatal para ayudar a Juchitán.

“El Gobernador mudó su Gobierno a Juchitán”, enfatiza orgulloso, “Ya no está en la Ciudad de Oaxaca, está aquí”.

En este albergue los niños son los únicos festivos. El grupo de 12 niños de todas las edades, juega entre los escombros que quedaron de la cancha de basquetbol y dormir en una casa de campaña parece toda una aventura.

A una semana del terremoto, las réplicas de hasta seis grados se sienten cada cuatro o cinco horas, poniendo en riesgo las miles de casas que no se derrumbaron pero que presentan cuarteaduras. Las clases se han suspendido hasta nuevo aviso y el número de muertos alcanzó los 65.

“Me siento egoísta si lloro porque no sólo soy yo la que está sufriendo está situación, mucha gente está afectada porque han perdido seres queridos”, afirma Teresa con voz firme.

La casa de sus padres la construyó su papá, Teresa aún recuerda el nombre del constructor de la casa, quien también edificó la Iglesia del Calvario y que también resultó inhabitable.

Lo que tres generaciones no pudieron derrumbar, el temblor lo destrozó, el Salón de Belleza Teresita, el primero que vio Juchitán quedó sepultado entre pedazos de cemento y tejas.

 

Write A Comment