La asociación de empresarios Zhonghua, la más grande de empresarios chinos en México, sostiene su reunión anual, en la que invitan únicamente a unas cuantas personas que no hablan mandarín. Por lo que lo que esta se desarrolla principalmente en el idioma hablado por más personas en el mundo (y el más complicado de entender y aprender).

En este evento no hay forma de entablar una conversación si no sabes mandarín. Sentirte excluido por el idioma en tu propio país es una sensación complicada, comienzas por tener un diálogo interno imaginando lo que le dirías al chino que está junto a ti. Aunque, tampoco estás tan desesperado como para hablar en señas pero quieres comunicarte de alguna forma.

Lo primero es observar hasta que algo te parezca familiar y entonces poder conectar.

De todo lo que observé (que poco entendí) lo más familiar fue el lenguaje emoji que los chinos utilizaron para mandar mensajes en sus celulares, mientras la solemne reunión se llevaba a cabo.

Al observar de reojo las pantallas de los chinos que me rodeaban entendí cómo se sentían.

El ícono que compartían en sus conversaciones era el de la carita llorando de risa, el de una chela y el del diablito morado con media sonrisa. “Al menos tienen sentido del humor”, concluí. Luego de eso intercambiamos sonrisas y brindamos después de la comida ofrecida en el evento diplomático.

No subestimemos el emoji como un simple símbolo, pues este se integra como el lenguaje universal que une culturas y mide emociones en momentos históricos.

El emoji es el lenguaje universal que traspasa culturas e ignora la diferencia de idiomas, apelando a las emociones como el principal medio de expresión. A través de este se puede estudiar el comportamiento de ciudadanos en diferentes países del mundo, organizar a un grupo numeroso de personas en una emergencia e incluso medir el estado de ánimo generalizado.

Lo que nunca antes. La cada vez más frecuente utilización del emoji ha hecho que nuestras emociones puedan ser medidas.

La reconocida neurocientífica británica, Sophie Scott, quien ha estudiado los efectos del lenguaje en las personas, considera que los emojis mejoran la interacción entre los seres humanos a través de despertar emociones con comunicación no verbal, algo que los mensajes de texto no permitían hace dos décadas. Esto ha revolucionado la forma como entablamos una conversación. He ahí la riqueza del emoji: poder expresar tu sentir en un signo.

El estudio más completo sobre el tema se realizó en la Universidad de Michigan, compararon los signos utilizados en 212 países plasmados por cuatro millones de usuarios en medio billón de mensajes.

Contrario a lo que se pudiera sospechar, los investigadores encontraron que en países con relaciones personales más integradas y cercanas como México, Perú y Colombia los emojis más usados son los que muestran enojo o negatividad; mientras que en países con un grado más alto de individualismo como Australia o Francia los más utilizados son los que remiten a sentimientos de alegría.

UNIVERSIDAD DE MICHIGAN

Sin embargo, en momentos de emergencia como en septiembre pasado cuando un fuerte sismo terminó por derrumbar miles de edificaciones en la Ciudad de México y estados colindantes, un lenguaje de organización se esgrimió con emojis.

Durante los días posteriores al 19 de septiembre el equipo del Laboratorio Interdisciplinario del ITESO trabajó en la identificación de los símbolos más utilizados en las conversaciones de WhatsApp. En el mapa, nombrado “la nube afectiva”, destacan sirenas, corazones rotos, signos de exclamación y de emergencia pero también símbolos de esperanza, el más usado las palmas juntas. ¿El más interesante? Quizá la figura del ciclista, a través de la cual podemos explicar la importante actuación de los ciclistas en la asistencia del desastre.

Este grupo interdisciplinario no se quedó ahí, se propuso crear un lenguaje de emojis para atender la emergencia. Los “Símbolos que salvan vidas”: silencio, necesitamos agua y sigamos trabajando.

Emoji viene del japonés 絵文字えもじ

VALERIA LEÓN

La palabra “emoji” nació en Japón a finales de los noventa y su traducción literal es “pictorama”, en este país es donde primero se empezaron a utilizar estos símbolos pero fue hasta que los sistemas operativos de Apple y Android los adoptaron (una década después) cuando se esparció su uso.

El creador de este símbolo encontró su inspiración en las letras chinas para crear los primeros 180 emojis basados en expresiones humanas que él mismo observó y trató de representar en símbolos. Entonces estos se utilizaban para acortar mensajes sin embargo, cuando Apple los integró a su lenguaje de mensajería a través de su sistema operativo se convirtieron en el reflejo emocional de toda una generación.

No subestimemos el emoji como un simple símbolo, pues este se integra como el lenguaje universal que une culturas y mide emociones en momentos históricos. El emoji te permite entenderte con un desconocido que no habla tu mismo idioma, porque el lenguaje universal está hecho de expresiones hechas símbolo. ?

*Este contenido fue originalmente publicado en el HuffPost México.

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