Todos hemos tenido una o dos relaciones que no funcionaron, pero no todo el mundo empieza y termina relaciones que se asemejan al fracaso anterior. Si es así, entonces muy probablemente tengas el síndrome de repetición de relaciones.

Esta condición bautizada por el psicólogo estadounidense Seth Meyers establece una predisposición marcada a repetir patrones de relaciones anteriores debido al nivel de inteligencia emocional, apegos en la infancia y circunstancias presentes.

La explicación de por qué tendemos a repetir las relaciones destructivas, es porque seguimos patrones que aprendimos en los primeros años de vida. En su libro, el Dr. Meyers describe a las mujeres que no pueden entender el porqué de sus fracasos en sus relaciones de pareja: quieren amor pero continúan buscando a hombres que no están dispuestos a sostener una relación estable y sana.

De acuerdo con las características de las personas que presentan este síndrome, el Dr. Meyers señala que son individuos brillantes y con mucha energía, muy funcionales en otras partes de su vida y les cuesta trabajo entender por qué no tienen éxito en el plano sentimental.

¿Tienes el síndrome?

El síndrome de repetición de relaciones es un círculo de comportamiento vicioso en el que la persona presenta alguno de estos cuatro patrones disfuncionales: sabotea sus relaciones románticas idealizando a la pareja, se sacrifica por la pareja, trata de sanar heridas del alma o persigue emocionalmente a sus parejas.

Para saber si presentas alguno de estos patrones disfuncionales que te llevan a cometer los mismos errores en tus elecciones romáticas una y otra vez, responde las preguntas que sugiere el Dr. Meyers:

  • ¿Te sientes atraída por parejas que no conocen tus necesidades emocionales?
  • ¿Te atraen las mismas características que te hicieron sufrir en tus relaciones anteriores?
  • ¿Priorizas las malas características cuando se trata de buscar pareja?
  • ¿Te enfrentas con dificultades al no ser entendida por tu pareja?
  • ¿Consistentemente piensas que la pareja con la que estás no es la indicada para ti?
  • ¿Sientes atracción por personas que te causan daño?
  • ¿Te has encontrado en una relación con alguien que comete las mismas cosas que te molestaban en tus relaciones anteriores?
  • ¿Tus amigos comentan sobre el fracaso de tus relaciones y cómo no has podido encontrar a la persona indicada?
  • ¿Tus relaciones tienen una duración similar?
  • ¿Te has enamorado más de una vez a primera vista?
  • ¿Te culpas cuando las cosas no salen bien en tus relaciones de pareja?
  • ¿Sientes que te pierdes dentro de tus relaciones?

Si contestaste afirmativamente a tres o más de las preguntas seguramente padeces de este síndrome. Si fueron tres o menos puedes mostrar una tendencia a presentar este síndrome, y si respondiste a dos o menos preguntas afirmativamente este síndrome no es tu problema.

El objetivo es que aprendas a observarte y visualices los errores que cometiste en relaciones anteriores. iStock

Del amor saludable al síndrome

La diferencia entre tener un amante saludable y sufrir el síndrome de la repetición de relaciones, es el grado de sufrimiento constante. Cuando tienes el síndrome, te sientes atrapado en un círculo de relaciones negativas o enfermizas de las que no puedes salir. La principal diferencia estriba en el aprendizaje que extraes de los errores cometidos en relaciones anteriores.

Un amante saludable podrá evitar repetir los errores que cometió con sus ex parejas, mientras que una persona que tiene el síndrome de repetición de relaciones vuelve a cometer los mismos errores porque no aprende de ellos. El síndrome de repetición de relaciones se puede dar en cualquier nivel de una relación, ya sea cuando apenas estás saliendo con alguien o cuando estás casada. No importa si son relaciones cortas o largas.

Prescripción para cambiar

Sí hay maneras de superar este síndrome y romper con el patrón negativo de las relaciones destructivas. Lo primero que tienes que hacer es identificar si tienes este síndrome, evaluando tus relaciones pasadas y analizando la forma en cómo te involucras con tus parejas.

Una vez admitido el problema, debes suspender toda búsqueda de una relación mientras lo resuelves. En este tiempo debes trabajar en ti y entender qué es lo que te lleva a relacionarte con parejas que no te convienen. Si algo no está funcionando debes identificar qué es y trabajar para cambiarlo.

El objetivo es que aprendas a observarte y visualices los errores que cometiste en relaciones anteriores. Para ello necesitas orientación, ya que es difícil que las personas con este síndrome se den cuenta por sí solas de las diferencias entre una relación sana y una destructiva.

En el proceso intenta relacionarte más amistosa que amorosamente. En ocasiones retornarás a tus mismo hábitos y formas de relación, sin embargo, intenta trabajar conscientemente en ello. Busca ayuda profesional, quizá una terapia psicológica sea buena idea en aras de ubicar qué es lo que te hace regresar a las relaciones destructivas.

 

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