México es un país de contrastes y el trato que se le ha dado a la caravana migrante en su recorrido por el país no ha sido la excepción. Desde su entrada al país el 20 de octubre hasta su llegada a la ciudad fronteriza de Tijuana el pasado 14 de noviembre, las diferencias en las expresiones de recibimiento han sido abismales. Mientras en el sur, la sorpresa de la desbordada hospitalidad fue gratamente recibida, en el norte el rechazo de los residentes fue tajante. La caravana ha conocido distintas facetas de la hospitalidad mexicana. Sabiendo de la presencia de la caravana en el estado, algunos habitantes organizaron donaciones de comida y medicinas. Uno de ellos fue el señor David, quien sirvió agua a los migrantes de los garrafones que compró en conjunto con líderes de este pueblo. Entre más se esparcía la noticia de la presencia de la Caravana en el sureste…
Tag