Rosalba se convirtió en madre de su primer hijo a los 13 años, consecuencia de una violación de un tío. Su madre obligó a la adolescente a tener al bebé, aunque esto implicara que su hija truncara sus estudios y arriesgara su vida al ser madre a tan corta edad.
Tras dar a luz, Rosalba decidió huir de casa de su madre pues temía volver a ser abusada sexualmente. Se fue entonces con su padre. Y la historia se repitió. Fue un amigo de su padre quien la violó y por segunda ocasión se embarazó, ahora tenía 15 años. Su padre no creyó lo que la hija denunciaba, así que a los 16 años y con dos hijos Rosalba se separó de su familia para siempre. Migró sin avisarles a la Ciudad de México, en donde fue canalizada a un refugio para madres adolescentes, y ahí encontró el rumbo que había perdido y una familia de otras chicas como ella que la arroparon.
“Llegar acá me ha dado muchas oportunidades, he ido a terapia psicológica, he crecido académicamente, y también me ha enseñado a ser madre y a querer a mis hijos porque al principio con dos seres que te cambian tanto la vida es difícil”, confiesa Rosalba con veinte años de edad.
La Casa de las Mercedes es el primer refugio para esta población en el país. En esta amplia casa, las niñas y adolescentes reciben apoyo psicológico y académico para concluir sus estudios. Fue fundada por Claudia Colimoro hace casi 30 años, quien a su vez vivió en carne propia lo que se sufre al ser madre adolescente.
“340.000 mujeres menores de 19 años se embarazan cada año en México.”
“Ser madre soltera no fue fácil para mí igual que no ha sido fácil para nadie”, confiesa la fundadora y directora de este refugio, quien tuvo a sus dos hijas a temprana edad y quienes son actualmente las coordinadoras de esta casa.
Ángela González, la hija menor de Claudia, es la encargada de recibir a las niñas que llegan por primera vez a la Casa de las Mercedes, en donde encuentran el apoyo que no obtuvieron de sus familias.
“Las niñas llegan con tristeza con enojo y sin esperanza después de haber sido madres a los 11, 12, 13 años. Es una niña cuidando de otra niña. El 99% de las niñas fueron abusadas por sus familiares”, revela Gónzalez.
Al igual que Rosalba, 340.000 mujeres menores de 19 años se embarazan cada año en México, según datos de la Estrategia Nacional para la Prevención del Embarazo en Adolescentes.
México es el país de la OCDE con mayor número de adolescentes embarazadas, lo que refleja una profunda inequidad social. El acceso a los anticonceptivos entre adolescentes de no es parejo en todo el país. Mientras que un 59% de mujeres tiene acceso a anticoncepción a nivel nacional, en estados del sureste, como Chiapas, únicamente un 35% de las adolescentes los usan, según datos del informe Estado mundial de las madres.
Con el fin de achicar la brecha de desigualdad y ampliar el acceso a métodos anticonceptivos en la población adolescente del país, el proyecto EducaSex, patrocinado por EresFem y Reproducción Asistida, lanzó un programa de prevención y sensibilización con un ciclo de charlas divulgativas con fin social. Cualquier secundaria del país puede solicitar el ciclo educativo dirigido a adolescentes, con el objetivo de proteger a estas niñas que son más vulnerables de sufrir las consecuencias del embarazo adolescente.
“El embarazo adolescente es la principal causa de muerte en niñas menores de 20 años.”
Las investigadoras Catherine Menkes y Leticia Suárez de la Universidad Nacional Autónoma de México, realizaron una investigación en donde comprueban la relación que existe entre el nivel bajo de escolaridad femenino con un menor uso de métodos anticonceptivos, así como una menor planeación de la primera relación sexual y una edad más temprana en la iniciación sexual.
El embarazo adolescente es la principal causa de muerte en niñas menores de 20 años, México concentra un alto porcentaje de estas muertes por embarazo adolescente lo que representa un problema salud pública. Proyectos de la sociedad civil, como EducaSex, han surgido para atacar esta problemática desde la prevención primaria, la que va dirigida a evitar los riesgos y promover una sexualidad sana y responsable.
Mientras existan agentes sociales de cambio enfocados a revertir el proceso de embarazo adolescente en México, como el refugio que salvó a Rosalba de una vida de sin oportunidades, la transformación social será posible.
Esta columna de opinión fue publicada en el HuffPost edición España en abril de 2020.