Cuando Martha Bernays tenía 21 años conoció al psicoanalista austriaco, Sigmund Freud, de 25 años. La joven alemana fue invitada a una cena a casa de los Freud en abril de 1882 y desde ese momento el recién graduado de Medicina se interesó por Bernays, quien provenía de una familia judía ortodoxa de prestigio. Tras el encuentro entre los dos, la madre de Martha, Emmeline, se mudó con sus hijas de Viena a Hamburgo, en parte para evitar que la relación entre Freud y su hija floreciera. Este fue el comienzo de un intenso romance a distancia que duró cuatro años, en los cuales la pareja sólo se reunía dos o tres veces al año y su comunicación se establecía a través de románticas cartas que intercambiaban a diario. La paciencia, determinación y pasión que se impregnaban en cada carta se mantuvo por varios años. De acuerdo con el biógrafo oficial de…
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