“Retratar a una mujer alcohólica no se ve bien”, fue la sentencia que recibió la joven directora de cine, Natalia Beristáin en la búsqueda de financiamiento para su primer largometraje “No quiero Dormir Sola”, que retrata el encuentro de dos generaciones de mujeres. El banal pretexto no fue un impedimento para Natalia, quien logró el galardón de Mejor Largometraje en el Festival Internacional de Cine de Morelia de 2012, en su debut como directora. “No conseguí financiamiento y la hice como pude”, reveló heroicamente Natalia. La motivación detrás de las puertas cerradas para el financiamiento se alimenta de la reafirmación de estereotipos femeninos. Las historias, actualmente retratadas, resaltan a la mujer arquetípica, en la cocina, como madre, en el drama, entre otras percepciones que se han consolidado como modelos o perspectivas. “Las mujeres en las telenovelas son protagonistas y los hombres destacan en el cine”, comentó la actriz Johanna Murillo. A pesar…
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