Las experiencias que he escuchado de amigas que han abortado son liberadoras. Es cada vez más común compartir este tipo de vivencias y hablar abiertamente del tema, porque el estigma del aborto en México poco a poco comienza a sacudirse la satanización que culturalmente se le ha construido. La idea de una mujer que ha decidido voluntariamente interrumpir su embarazo está endemoniada en México. Por ello, durante años las mujeres se han callado sus historias por miedo a sentirse relegadas y juzgadas por una sociedad que no entiende que el aborto les ha salvado de una vida que las condena por siempre a hacer algo que no desean hacer. Hoy las mujeres se empoderan al no tener que obligarse a truncar su vida por tener un hijo que no quieren tener y hablan de ello. “Imagínate, ahorita tendría un hijo de 11 años de un hombre a quien repudio”, me…
Tag