It’s a cloudy day and the seagulls flutter over the three-hundred-mile border that separates Mexico and the United States. The birds have a favorite place to lookout: the iron wall that ends in the ocean, in the area referred to as Las Playas de Tijuana. On the American side, three mounted men can be seen at a distance. The moment the sign “No trespassing” becomes visible they turn around and return to the naval town. On the other hand, on the Mexican side, there are live music groups playing banda next to the border. There’s so much noise from the adjoining restaurant that it is difficult to hold a conversation. The musicians wear colorful outfits and play next to a sign that hangs in the middle of the border wall. It reads: “We do care”, this meant as this is intended to be a reaction to the controversial message scrawled…
En esta ciudad fronteriza se han comenzado a gestar proyectos culturales y comerciales con la esperanza de cambiar un entorno antaño sumido en la violencia. TIJUANA, B. C.— Es un día nublado y las gaviotas revolotean sobre la frontera de los 3,000 kilómetros que separan a México y Estados Unidos. Las aves tienen un lugar predilecto para observar: la barda de fierro que termina en el océano, en el área conocida como Las Playas de Tijuana. Del lado estadounidense se ve, a la distancia, a tres hombres montando a caballo. Al tener visible el letrero “No trespassing” dan vuelta y retornan a la ciudad naval. Del lado mexicano, en cambio, hay grupos en vivo tocando música banda junto a la barda fronteriza. El estruendo es tal, que en los restaurantes colindantes al muro es difícil dialogar. Los músicos portan vestimenta colorida y tocan junto a un letrero que cuelga en…
Reportaje publicado en portada de la revista Newsweek TEXAS, EE. UU.— La barda de acero anaranjada que separa México de Estados Unidos, en la ciudad fronteriza de Progreso —ubicada en el condado de Hidalgo, Texas—, permanece imperturbable desde 1996. Solo que en el último año, luego de que Donald Trump fue electo presidente, ha adquirido especial interés: el muro se ha convertido en una atracción turística para extranjeros y locales. Cuando en 2014 Robert Cameron decidió abrir un negocio de tours en su natal Texas, nunca imaginó que uno de los recorridos que ofrece se volvería uno de los paseos más cotizados. Ello a partir de que la ampliación del muro se volvió un tema destacado en la agenda internacional de Trump. Mientras recorre parte de los campos de caña de azúcar que colindan con el muro, el texano reflexiona, en voz alta: “¿Cómo se puede construir una barda que…