Cuando te trasladas en transporte público, en general, dejas de ser dueño de tu tiempo y más en esta ciudad. Uno depende de choferes incautos, retraso de autobuses y hay que lidiar con cambios de planes imprevistos. A esto es a lo que me enfrenté tras dejar de usar el auto en esta ciudad ya demasiado contaminada. Aunque ya desde antes intentaba usar la bicicleta y el transporte público para la mayoría de mis traslados, hacerlo por completo y por regla general me obligó a recalcular mis tiempos, conocer mejor la ciudad y convencerme de que el auto saca lo peor de las personas. Planear el trayecto Al manejar tu propio automóvil es relativamente más fácil calcular la hora de llegada a tu destino, ya que conoces la ruta (y si no, siempre está Waze), tu forma de manejar y los riesgos que corres. Por supuesto, siempre a veces…
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